La selección española volvió a jugar en su segunda oportunidad post parón por la pandemia para demostrar sobre el terreno de juego el cambio generacional que está efectuando Luis Enrique. Con varias novedades en la convocatoria, el partido ante Portugal dejó luces y sombras en la Roja.
Buenas noticias y algunas regulares en un equipo que afronta en los próximos días una nueva jornada de la UEFA Nations League que les medirá a Suiza y Ucrania.
Lo mejor de la Selección ante Portugal
Contra la selección de Cristiano Ronaldo, el equipo de Luis Enrique dejó una buena imagen pese al marcador de 0-0. Una de las grandes noticias fue el arranque inicial, con un asedio de la Roja en los primeros 20 minutos de partido que pusieron de manifiesto el potencial físico y ofensivo de España.
Con Dani Olmo, Gerard Moreno y Rodrigo y un centro del campo formado por Busquets, Canales y Ceballos de inicio, la selección fue un vendaval aunque sin fortuna de cara al gol.
La mejor noticia de la noche fue el debut de Adama Traoré. El gigante de los Wolves disputó la última media hora de partido y fue casi lo mejor de la noche. De sus botas nació la más clara de encuentro aunque no halló Olmo la puntería para hacer el gol que habría supuesto la victoria. La fuerza y velocidad del joven de Hospitalet están llamadas a ser dos casualidades fijas en las próximas convocatorias.
De las conclusiones generales del choque ante el combinado de Fernando Santos sale otra de las grandes noticias de la noche: en España hay muchos jugadores de calidad.
La última convocatoria de Luis Enrique incluía muchas caras nuevas y jugadores jóvenes que están llamados a ser el futuro inmediato de la selección, con la vista puesta en la Eurocopa pospuesta hasta 2021, un torneo que marcará el cambio generacional y el final de la carrera internacional de algunos de los jugadores más importantes de la última década. Los Reguilón, Ceballos, Dani Olmo, Campaña (que debutó con honores) o Traoré, personifican el futuro de la Roja.
Lo que hay que mejorar
De igual manera que el vendaval inicial es una gran noticia en cuanto a la velocidad, determinación y potencial ofensivo; es preocupante que ninguna de las ocho ocasiones del primer tramo del partido acabaran en gol. La falta de precisión ha de mejorar si España quiere volver a estar en lo más alto.
Asimismo, esa avalancha de los primeros minutos y de casi la totalidad de la primera parte en general se vio desgastada en la segunda parte, donde la selección parecía en ocasiones desconectada, al menos hasta la entrada de Traoré.
España cedió el control a Portugal en la segunda parte y a punto estuvo el combinado luso, en dos ocasiones muy claras, de llevarse el encuentro. Una desconexión que no se puede permitir en un partido oficial si se quiere aspirar a volver a lograr títulos.
En líneas generales, el equipo se mostró compacto, pero los cambios en la segunda mitad desestabilizaron el conjunto, dando aire a Cristiano Ronaldo, una figura esencial en Portugal, un tipo de jugador del que carece el equipo de Luis Enrique.