Robert Lewandowski fue el ganador del The Best 2020, aunque se quedó sin Balón de Oro al quedar desierto el deseado trofeo dorado por la pandemia de la Covid-19. El delantero polaco conquistó la Champions League y la Bundesliga con el Bayern Múnich la pasada temporada y ahora ha escrito una carta al portal The Players Tribune en la que relata sus sensaciones.
«Hace unos días, me desperté en la cama, me di la vuelta y vi algo extraño a mi lado en la almohada. ¿Sabes cuándo te despiertas de un sueño realmente bueno y todo todavía parece un sueño? Bueno, mi primera reacción al ver esto fue como, ‘¿Qué? Cómo llegó esto aquí?’ Tenía un recuerdo confuso de estar en una ceremonia y recibir un premio», comienza el futbolista del Bayern Múnich.
«Pero parecía demasiado extraño para ser verdad. Luego agarré esta cosa y pensé, ‘Wow… Eso no fue un sueño. Eso fue REAL’. Te nombraron el mejor futbolista del mundo. ¡Y te has llevado el trofeo a la cama! Jajajaja :-D», continúa relatando Robert Lewandowski.
Después, el futbolista escribe sobre lo difícil que es para un polaco llegar a la cima en el mundo del deporte: «Se supone que los niños de Polonia no son los mejores del mundo. Simplemente no se espera que eso pase, por eso, cuando recibí el trofeo, no lo podía creer».
Jürgen Klopp
Además de hablar sobre algunos pasajes de su infancia o de lo que le marcó la muerte de su padre cuando él tenía tan solo 16 años, también lo hace de una de las figuras más importantes de su vida en el fútbol: la de Jürgen Klopp. Revela que apostó con el técnico alemán 50 euros si metía 10 goles en su primer entrenamiento.
«Las primeras semanas tuve que pagar casi siempre. Se reía. Pero después de unos meses, las tornas cambiaron. Yo era el que recaudaba el dinero», afirma un Lewandowski que señala que Klopp fue clave en su crecimiento como delantero. En especial, una conversación que mantuvieron ambos.
«Ahora me doy cuenta de que mi conversación con Jürgen fue como una de las que desearía haber tenido con mi padre. Uno de esos que no había podido tener en muchos, muchos años. Podría hablar con Jürgen sobre cualquier tema. Podía confiar en él. Es un hombre de familia y siente mucha empatía por lo que sucede en tu vida privada», revela el internacional polaco.
«Cuando miro hacia atrás a todo lo que ha sucedido en mi vida, cuando esta película se reproduce en mi mente, me doy cuenta de la suerte que tuve. Nunca ganas títulos solo. Cada trofeo que he tenido en mis manos, o que me he llevado a la cama conmigo, lo ganaron todos los compañeros de equipo que me ayudaron a mejorar. También incluiría a mis amigos de la infancia. Mis entrenadores. Mi hermana. El sacerdote que me dejó salir temprano de la Comunión. Mi madre, que estuvo ahí para mí cuando estaba en mi punto más bajo», concluye Lewandowski.