El Real Madrid se impuso 1-3 al Barcelona en en el Clásico menos convencional de los últimos años, sin público y mucho más temprano en el calendario de lo acostumbrado.
El arranque del partido fue frenético. Tanto, que Fede Valverde tardó menos de cinco minutos en adelantar al Real Madrid, tras superar a una zaga blaugrana que no supo leer su desmarque y que se plantó delante de Neto -Ter Stegen ha sido la gran ausencia culé, lesionado- para hacer el 1-0. El Barça reaccionó al instante: Jordi Alba le ganó la carrera a un dócil Nacho, puso el balón al área y Ansu Fati no perdonó ante Courtois. Apenas se habían cumplido 10 minutos de encuentro.
El partido se frenó ligeramente conforme avanzaron hacia el descanso. Messi y Benzema probaron a bocajarro a Courtois y Neto respectivamente, en dos grandes ocasiones claras y casi únicas en la primera mitad.
El argentino dio el susto tras echarse la mano al tobillo tras esquivar una entrada de Casemiro, que ni le rozó. El que sí tuvo que salir sustituido fue Nacho, que además de tener una amarilla por una falta que cometió acabó tocado por una entrada. Salió Lucas Vázquez en su lugar para tirar como lateral derecho el resto del partido.
La segunda mitad arrancó con el Barça muy echado arriba. En apenas cinco minutos ya habían probado dos veces en el área pequeña, con especial peligro de un disparo de Ansu Fati tras una buena jugada de Messi, que se fue por poco al lateral, y otro de Coutinho, que cabeceó al lateral.
Sin embargo, fue el Real Madrid quien volvió a adelantarse. Fue de penalti, con VAR incluido, por un agarrón de Jordi Alba a Sergio Ramos. El camero no falló desde el punto de once metros.
La decisión sentó muy mal tanto en el banquillo culé, rajada posterior de Ronald Koeman incluida, como fuera del propio Camp Nou. ElBetis, por ejemplo, se cuestionó la intervención del videoarbitraje, cuando a ellos no le revisaron una acción parecida. Incluso un directivo culé, Xavi Vilajoana, mandó al WC a Munuera Montero tras esta acción.
Conforme el combustible se le acabó a los dos equipos, los balones empezaron a ser más largos, si bien el peligro fue más constante por el lado culé. La entrada de oxígeno, con Rodrygo o Modric por el lado blanco, y Griezmann, Dembélé y Trincao por el culé dio más apertura a ambos equipos para la recta final de encuentro.
A cinco minutos del final, el Real Madrid tuvo dos ocasiones claras que Neto sacó como pudo, primero por un buen disparo de Kroos y otro de Ramos, pero fue en el 89 cuando culminó la victoria el conjunto blanco: contra conducida por Modric, disparo de Vinícius que se le escapó a Neto, balón que le cae a Rodrygo y este cedió a Modric para culminar, con clase y paciencia, el 1-3.