El Espanyol dijo adiós a la Primera división pero quiso que su despedida fuera con dignidad, con orgullo. En el escenario más difícil, plantó cara a todo un Barça, que sudó y mucho para llevarse una victoria que le hace mantener la esperanza en la lucha por la Liga y meter presión al Real Madrid, del que está a un punto y que juega mañana.
Consciente de su inferioridad técnica, Rufete planteó un partido inteligente. Tres centrales, mucha gente en el centro del campo, pocos espacios y salir a la contra solo cuando fuera necesario pero tratando de crear mucho peligro. Y su plan funcionó ante un Barcelona que venía de dar una gran imagen ante el Villarreal pero que esta vez no estuvo tan cómodo ante la acumulación de jugadores pericos en su campo.
No pasó ni siquiera de su campo el Espanyol en los primeros diez minutos, pero cuando lo hizo fue para tener una clara ocasión. Embarba salió desde su campo para plantarse solo ante Ter Stegen, aunque algo escorado. Su disparo, fuerte, fue repelido por el meta alemán.
El dominio fue aplastante de los azulgrana, pero sin espacios ni la chispa necesaria para atravesar el muro visitante. Solo tras un robo de Griezmann tuvo una buena ocasión el Barça, pero el remate final de Luis Suárez se perdió algo desviado.
Atacaba sin descanso el equipo de Setién, pero la gran ocasión de la primera parte fue perica, casi al borde del descanso. Un gran pase de De Tomás hizo que Didac ganara la línea de fondo y su centro casi se lo mete en su portería Lenglet. Ter Stegen lo evitó y en el rechazo Didac estrelló el balón en el palo.
Quique Setién movió el banquillo al descanso metiendo por Semedo a Ansu Fati y el jovencísimo jugador cometió un gravísimo error que casi le cuesta caro a su equipo. El delantero saltó a por el balón con los tacos por delante en una durísima entrada que el árbitro sancionó con amarilla… pero el VAR le avisó. Munuera Montero se dirigió al monitor y no lo dudó: roja.
La entrada no dejaba mucho lugar a la duda pero se cocinaba ya la polémica para la semana. Pero Pol Lozano llegó para apagar el fuego y así acabar con la ventaja numérica de su equipo al hacer una durísima entrada a Piqué con los tacos por delante. El desenlace fue igual, tarjeta amarilla inicial, llamada del VAR y expulsión posterior.
El intercambio de cartulinas rojas le vino bien al Barça, que contaba ahora con más espacios, y no tardó en aprovecharlo. Griezmann quiso devolverle a Messi su taconazo del partido ante el Villarreal y el argentino chutó pero se encontró con la defensa perica. Sin embargo, el balón le cayó a Suárez quien, con tranquilidad, recogió el balón y marcó.
Casi sentencia poco después Leo Messi con una impresionante volea ante la que se lució Diego López, que sacó una mano prodigiosa. Pero no lo hizo y al Barça le tocó sufrir. Primero Piqué sacó en el área pequeña un balón que iba a empujar a gol Campuzano, después Vidal desvió con el hombro un remate peligrosísimo. Se salvó el conjunto azulgrana, que logró un triunfo poco brillante pero que sigue en la pelea por la Liga.